Perros-guía

Los perros guía

Las primeras escuelas de perros guía se abrieron en Alemania motivadas por la inquietud de ayudar a los muchos soldados que, tras la Primera Guerra Mundial, perdieron la vista. El promotor de este movimiento que llevaría a la desarrollada y difundida disciplina que conocemos hoy en día fue el Dr. Gerhard Stalling, que fue quien abrió la primera escuela en 1916, y en estos casi 100 años, ésta útil especialización del trabajo canino se ha extendido y popularizado, ayudando a miles de personas ciegas en su día a día alrededor de todo el mundo.

Actualmente existen numerosas escuelas en varios países de diferentes latitudes, de los que destacamos The Seeing Eye Foundation, en Estados Unidos, una de las escuelas pioneras en esta disciplina, y que cumple un importante papel en su difusión internacional; en Europa, encontramos entre otras, Guide Dogs for The Blind Association del reino Unido, que agrupa más de 14 centros de entrenamiento y, por supuesto, en España destacamos la importante labor de la Fundación ONCE de Perros Guía, que financia, para las personas ciegas asociadas, todo el proceso de crianza y adiestramiento hasta su entrega al usuario.

Para valorar en su justa medida la labor de estos fieles y serviciales perros, debemos tener en cuenta que la especialización en la guía de personas con discapacidad visual es una labor muy especializada, pues se aleja bastante de sus instintos naturales, como son la caza, guarda y protección. Los perros guía son animales que deben estar siempre inmersos en un entorno social urbano, puramente humano. Debido a esto, el entrenamiento y moldeado del carácter de un futuro perro guía comienza desde antes de nacer, con la selección de los padres.

Las razas más utilizadas son el Pastor Alemán, el Labrador y el Golden Retriever, y continua con un constante seguimiento, cuidado y educación, para asegurar que cada perro tenga las mejores aptitudes para cumplir con su importante servicio. La educación de los perros guía consta, en líneas generales, de tres etapas formativas fundamentales:

- De los 7 a los 12 meses: el cachorro aspirante a perro guía comienza su socialización siendo acogido por una familia educadora, formada por personas no discapacitadas visualmente, pero que lointroducirán en el entorno humano y sus ‘buenas costumbres', para habituarlo a relacionarse con la gente.

- De los 12 a los 18 meses: los cachorros pasan al departamento de entrenamiento avanzado de la Fundación ONCE. En este periodo se evalúa si sus aptitudes son las necesarias para convertirse en un buen perro guía y se le entrena en todas las disciplinas necesarias, reforzando su obediencia básica y, por supuesto, premiándolo siempre cada vez que va haciendo avances en su complicada formación. - A continuación, y una vez ya ‘graduado’ de su ciclo formativo, el perro y sus formadores se ponen a la búsqueda del usuario más adecuado. Los responsables de esta tarea tienen en cuenta, por ejemplo, factores como la velocidad del paso del futuro usuario, el peso, la altura o la iniciativa.

Como vemos, la vida de un perro guía en formación es muy compleja y realmente apasionante. Por respeto a su admirable labor y, por supuesto, a la seguridad y autonomía de la persona con discapacidad que lo acompañe, como propietarios de perros debemos tener en cuenta que cuando nos encontremos con un perro guía y su usuario, no debemos soltar a nuestro perro o permitir que juegue con él. Además, aunque son muy bonitos y amables, debemos recordar que están ‘de servicio’, y no debemos distraerlos llamando su atención, y si queremos acercarnos, siempre debemos dirigirnos primero a la persona a la que guía. ROYAL CANIN