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6 de mayo de 2012

Niños y perros I.

Para padres que no tienen miedo de los perros. 

  • No hay que explicar al niño cuentos en los que aparezca un "lobo feroz" entre los protagonistas, o hacerle entender (con palabras simples y adecuadas para su edad) que los lobos de verdad no se comen a nadie. 
  • Es preciso enseñar al niño a no abalanzarse sobre un perro desconocido, sino a acercarse a él lentamente, llamándolo y mostrándole la mano para que la pueda oler. Un perro al que alguien se acerca correctamente no morderá sin previo aviso.
  • Además, hay que exponer al niño cuáles son los signos de agresividad (pelo erizado, orejas hacia atrás, gruñidos) para que entienda que el perro utiliza este "lenguaje" para decir que no quiere que le toquen, y que se debe respetar su deseo y dejarle en paz. 
  • Se debe enseñar al niño a no correr y a no gritar cuando esté delante de un perro. 
Para padres que tienen miedo de los perros. 

  • En primer lugar, han de explicarse a ellos mismos, y luego al niño que el miedo a los perros quizá se deba a un hecho concreto (como un susto cuando eran niños) que no puede hacerse extensivo a toda la especie. El 99% de los perros son totalmente inofensivos. 
  • No hay que gritar ni hacer movimientos bruscos si el niño, de forma espontánea, se dirige a un perro desconocido, pues el animal se asustaría y podría pensar que el niño representa una amenaza para él. 
  • No hay que decir nunca al niño frases como "¡No lo toques que te morderá!" o "¡No lo toques, está lleno de pulgas!", ya que, además de inducir al niño a temer a los perros, no se corresponden con el verdadero peligro que pueden representar. Las pulgas, en caso de haberlas, prefieren estar en el manto del perro y difícilmente pasan al ser humano, cuya sangre es menos apetecible. En cuanto al peligro de ser mordido, recordemos que un perro mordedor que su dueño lleve de la correa seguramente llevará también el bozal puesto. Sin no lo lleva será porque no muerde y no tienen ningún sentido asustarse. En cuando a los perros callejeros, es difícil adivinar su carácter; de todos modos, al no estar retenidos por la correa, si no les gustan las atenciones de niño siempre pueden irse. 
  • Es preciso enseñar al niño a no correr cuando está delante de un perro. 
Para padres de niños que ya tienen miedo de los perros. 
  • No hay que obligar nunca al niño a acercarse a un perro,sino que serán ellos quienes den ejemplo acariciándole y jugando con él sin forzar al pequeño. 
  • Conviene que el niño vea películas o documentales en los que los perros sean presentados como protagonistas positivos. 
  • Se puede invitar al niño a que juegue con perros de peluche. 
  • Para los primeros contactos con un perro, no hay que elegir nunca un cachorro o un perro joven, más efusivos: un cachorro, jugando, puede mordisquear zapatos o calcetines, un perro joven puede tirar al suelo a un niño queriendo en realidad expresarle su cariño. En estas circunstancias, el niño, en lugar de tomar confianza con el perro, se asustará porque no entenderá las intenciones amistosas de animal, y en lugar de solucionar el problema, lo empeoraríamos. Es preferible buscar un perro adulto tranquilo y al que le gusten los niños, que se deje acariciar y llevar de la correa. 

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